Cruza las fronteras del tiempo y encuentra el verdadero amor. Todo había empezado con aquel beso. Gideon de Villiers me había besado a mi: Gwendolyn Sheperd.
Naturalmente, debería haberme preguntado por que se le habría ocurrido aquella idea de una forma tan repentina y en unas circunstancias tan extrañas escondidos en un confesionario y todavía sin aliento tras una persecución de película por medio Londres.
Pero el hecho era que en aquel momento yo no pensaba absolutamente en nada, aparte quizá de que no quería que el beso acabara nunca. Por eso tampoco fui del todo consciente del tirón que sentí en el vientre ni me di cuenta de que entre tanto habíamos vuelto a saltar en el tiempo... Gwen vive en una nube... ¡con Gideon!, aunque sabe bien que el amor entre dos viajeros en el tiempo puede deparar sorpresas traicioneras.
Por suerte, tiene muy buenos consejeros: su mejor amiga, Leslie; su cómplice, James el fantasma; y Xemerius, una gárgola que se mete en bastantes líos. Además, Gwen y Gideon tienen importantes problemas de los que ocuparse... Por ejemplo, salvar el mundo. O aprender a bailar un minue (algo nada fácil). Sin embargo, ambos deberán entender que el amor debe pasar por delante de lo demás, sobre todo cuando caigan en las redes del conde de Saint Germain.