Ian Manook regresa a Mongolia y a su carisma´tico comisario, Yeruldelgger.
Pai´s de fuertes contrastes, donde las tradiciones ancestrales y la espiritualidad conviven con la mafia y el crimen organizado, Mongolia vuelve a ser protagonista de esta vibrante novela que consolida a su autor como una de las voces ma´s originales del noir en los u´ltimos an~os.
En medio de las ge´lidas estepas mongolas, la inspectora Oyun, ayudante del comisario Yeruldelgger, se topa con una escena difi´cil de interpretar: un jinete y su caballo yacen aplastados bajo el lomo de una hembra de yak que parece haber cai´do del cielo. La misma sorpresa experimenta su jefe cuando, en un desfiladero del macizo del Otgontenger, se descubre el cada´ver de un hombre que so´lo puede haber acabado ahi´... precipita´ndose desde las alturas. Y para cerrar el ci´rculo de hechos inso´litos, el mismo comisario es detenido como sospechoso del asesinato de Colette, una amiga prostituta a la que habi´a ayudado a rehacer su vida.
Sumido en la perplejidad y temiendo ser vi´ctima de una trampa, Yeruldelgger acomete una investigacio´n clandestina que generara´ tensiones con su equipo, reabrira´ viejas heridas con su hija Saraa y provocara´ la intervencio´n de los maestros shaolin del se´ptimo monasterio en el que fue criado. Pero la situacio´n da un vuelco completo con el hallazgo de los cuerpos sin vida de un grupo de nin~os dentro de un contenedor en el puerto de El Havre.
Pese a los miles de kilo´metros que separan Mongolia de Francia, las pistas acabara´n por cruzarse para destapar un caso de corrupcio´n y abusos a todos los niveles que afecta a las ma´s altas esferas de diversos pai´ses, desde Europa hasta Asia.