Harold y Lucille Hargrave han vivido durante décadas con la pena de haber perdido a su único hijo, Jacob, en un trágico accidente en 1966.
Ahora, ya entrados en la tercera edad, disfrutan de una vida tranquila. Hasta que un día, un agente gubernamental aparece en su puerta de la mano de Jacob, que sigue teniendo ocho años y el mismo aspecto que tenía el día de su muerte.
A lo largo y ancho del mundo, los muertos están volviendo del más allá. Nadie sabe cómo ni por que, o si se trata de un milagro o un anuncio del fin denuestos días. Ni siquiera Harold y Lucille saben cómo reaccionar ante la vuelta de su hijo, lo que así saben con certeza es que se trata de Jacob.