Para Bertrand Russell la Revolución Rusa es uno de los grandes acontecimientos heroicos de la historia del mundo, de importancia aún mayor que la Revolución Francesa, pues además de cambiar la vida cotidiana y la estructura de la sociedad, ha cambiado las creencias de los hombres. Russell fue en un principio admirador de la Revolución de 1917. En 1920 viajó a Rusia y mantuvo encuentros personales con Lenin y Gorki, recorrió Moscú y el Volga, habló con los campesinos. Pero desde su profundo anticapitalismo entrevió los excesos doctrinarios que asomaban en el régimen y que al cabo desembocarían en una atroz dictadura opuesta a sus ideales socialistas.
A su regreso escribió Práctica y teoría del bolchevismo, un libro clarividente y de intacta vigencia, en el que el rígido fanatismo bolchevique, encarnado por Lenin, es comparado con el fanatismo musulmán o cristiano. El presente volumen no sólo recoge la segunda edición revisada por Russell de ese libro, sino el detallado y revelador diario inédito de aquel viaje, así como las cartas dirigidas a la actriz Colette O'Neil al respecto. El conjunto cierra con una lúcida crítica al poder emergente de los Estados Unidos hace casi un siglo, y con su célebre conferencia en defensa del pensamiento libre frente a la propaganda de cualquier signo. Si la actitud filosófica más auténtica no consiste en ordenar las creencias recibidas sino en ponerlas a prueba, Bertrand Russell ejemplifica, en la vertiente de su obra como intelectual que influye en la cosa pública, al filósofo que cuestiona cualquier pretendida verdad que no haya sido debidamente analizada y comprobada por la propia razón. La función social de esa crítica racional permanente es contraria a toda ideología.