«Para ser bailarín hay que tener fortaleza física pero, sobre todo, fortaleza mental. Los que no son fuertes, aunque sean muy talentosos, van quedando en el camino.» Es imposible abordar la vida de Paloma Herrera sin hablar de intensidad y de pasión.
Su carrera fue una montaña rusa. Entre Buenos Aires y Nueva York, el Teatro Colón y el American Ballet Theatre, vivió cada minuto como si fuera el último. Su nombre la marcó para siempre. Nació sin ataduras. Comenzó a bailar a los 7 años por decisión propia, a los 9 ya empezaba a ganar los primeros premios en concursos internacionales. A los 15 años se fue a vivir sola a Nueva York, contratada por una de las compañías más importantes del mundo.
Su exigencia no tenía límites. Nunca estaba conforme consigo misma. En este libro, por primera vez, Paloma Herrera cuenta todo: la compleja relación que tuvo con su maestra Olga Ferri, la intensidad que caracterizó su vínculo con los hombres, las maravillosas personas que se cruzó en el camino y las desventajas de estar en un medio tan competitivo.
Esta autobiografía describe la trastienda de los ensayos, las luchas personales, las marcas de un cuerpo con horas y horas de entrenamiento, el apoyo incondicional de la familia en todo momento. Paloma Herrera es un hito en la danza, no solo en la Argentina sino en el mundo. Su presencia como latina abrió una nueva etapa en lugares como Estados Unidos, donde fue la primera figura del American Ballet Theatre con tan solo 19 años. Tras retirarse de los escenarios, a los 40, con una carrera impecable.