Poco tiempo después de arribar a Italia, su viejo maestro y ocasional amante muere en un modesto hotel de Milán, dejando a la joven Isabel Masurovsky sola y desconcertada en una ciudad que apenas conoce.
En su momento ella había llegado a ser una prodigiosa interprete de violonchelo y echa mano de su olvidada maestría para dar lecciones a Clayton Pettyward, hijo de un altivo y despótico millonario.
Muy pronto Isabel descubre que el instrumento, que con esfuerzo Clayton trata de tocar - pese a un defecto en su audición -, es un legendario violonchelo confiscado por los nazis y oculto por el inescrupuloso millonario. Así como el viejo instrumento construido por el celebre "luthier" Amati no escapa de su historia, Isabel tampoco puede huir de su pasado.