Sola, aterrorizada, perseguida por los Master y en el centro de unos misteriosos asesinatos, sin respuesta es como dejamos a Alama en la Oscuridad.
Ahora, algunos de aquellos interrogantes se empezarán a resolver. Sin embargo, por el momento Alma se siente cada vez más aislada. El instituto, sin Morgan, le parece un edificio vacío. Nada de lo que sucede a su alrededor le produce alegría, ni siquiera la recuperación de su amiga Seline, y siguen sus preguntas existenciales.
Poco a poco, Alma descubrirá que las respuestas están en su verdadero origen y lo verá al reconocerse en una fotografía expuesta en el Museo de Arte Contemporáneo. Es ella misma, ahí está, con los ojos fijos ante la cámara. Aunque en realidad la chica retratada es la hija del fotógrafo, quien murió tres días antes del accidente de Alma, aquel accidente del que salió ilesa, pero que le cambio la vida