¿Alguna vez has pensado que ojalá pudieras dividirte para poder llegar a solucionar todos aquellos asuntos de tu vida que te apremian? Pues tienes que saber que no sería una buena idea. Vivimos en un aluvión diario de correos electrónicos, tweets y reuniones que demandan nuestra atención y nos estresan a diario. ¿Y a qué nos lleva todo esto? A resultados mediocres, incumplimiento de plazos, menos dinero y más preocupaciones.