Cuando abre los ojos, Willem ignora qué lugar del mundo se encuentra. Todo cuanto sabe es que, una vez más, está solo, y que necesita dar con Lulu. Pasaron un día mágico en París, y algo en ese día (en esa muchacha) hace que Willem se pregunte si su destino no será estar juntos.
Desde entonces viaja por todo el mundo con la esperanza de encontrarla. Pero pasan los meses y Willem empieza a preguntarse si la fuerza del destino es tan poderosa como pensaba.
Compañera tan romántica como emocional de Sólo un día, esta es una historia sobre las elecciones que hacemos y los accidentes que ocurren, así como de la felicidad que se produce cuando ambas circunstancias se cruzan.