Andre Loog Oldham tenía diecinueve años cuando descubrió y se convirtió en manager y productor de una banda desconocida llamada... The Rolling Stones.
Sus ideas, en las que convivian la verdad del cine y el glamour de la moda entre otros materiales imflamables, fueron las que llevaron a un grupo de chicps sin un peso, que tocaban blues en el sur de londres, hasta la mismisima cumbre del mundo del Rock.