El reinado de Dios ha sido frecuentemente comprendido como una realidad puramente celestial, como un asunto individual y privado o como una utopía para el futuro de la humanidad. En todos estos casos, un aspecto esencial del reinado de Dios es pasado por alto: el reinado de Dios tiene que ver con la acción actual de Dios en la historia y con su soberanía presente sobre un pueblo. Sólo en este caso el reinado de Dios cobra todo el significado revolucionario que tuvo para Jesús de Nazaret y para el cristianismo primitivo.
Porque sólo en este caso la novedad del plan de Dios sobre la historia comienza a ser efectiva en nuestro tiempo. Desde esta dimensión actual y dinámica del reinado de Dios es posible entender las implicaciones sociales y políticas de la cristología del Nuevo Testamento, abriéndonos a nuevas posibilidades para la práctica cristiana en nuestro mundo.
El reinado de Dios no es una realidad etérea ni un cúmulo de buenos deseos. El reinado de Dios nos muestra ya en nuestro tiempo que otro mundo ya está siendo posible. ANTONIO GONZÁLEZ nacido en Oviedo (Asturias) en 1961, se ha formado en la filosofía de Xavier Zubiri y ha trabajado en El Salvador y en Guatemala. Desde hace unos años, elabora una propuesta filosófica de raigambre fenomenológica, recogida inicialmente en su libro Estructuras de la praxis (Madrid 1997), donde ha tratado de desarrollar las bases de una filosofía liberadora cargada de implicaciones para la teoría social y para la fundamentación de la ética.
En teología escribió, hace años, Trinidad y liberación (San Salvador 1993), que fue considerada una de las más importantes contribuciones al tema. Su Teología de la praxis evangélica (Sal Terrae, Santander 1999) ha presentado una nueva concepción de la salvación cristiana y ha situado la soteriología en el núcleo de la teología fundamental. El presente libro muestra algunas de las potencialidades de esa propuesta teológica en el ámbito de la "teología social".