«Ragdoll, el muñeco de trapo» es el nombre con el que los medios sensacionalistas han bautizado al macabro hallazgo en un piso vacío de Londres. Cuelga del techo mediante unos hilos, apunta con un dedo hacia la ventana y está hecho con «retales» de seis personas, cosidos para formar un solo cuerpo del que solo han podido identificar la cabeza. ¿Quiénes eran las otras cinco víctimas? ¿Y por qué el dedo del Ragdoll señalaba hacia el apartamento de enfrente, donde vive el detective William Fawkes, alias Wolf?
Casi inmediatamente después del macabro hallazgo, el asesino hace llegar a la prensa una lista con sus seis próximas víctimas y el día en que las matará.
El detective y su equipo, presionados por sus superiores y acosados por la prensa, deben descubrir por qué fueron asesinados y que tienen en común para desenmascarar al culpable antes de que cumpla su amenaza.
Un malévolo juego del gato y el ratón con un asesino que desafía a la policía y un país entero que contiene el aliento... Y es que esa mente perversa siempre va un paso por delante.