Un jugador compulsivo que debe dinero a las personas equivocadas, un matón encargado de cobrar la pasta y darle una lección, una preciosidad en apuros que ahoga sus penas en tequila sunrise, dos millones de dólares y una persecución frenética por las llanuras del valle central de California. Con ecos de Raymond Chandler y Dashiell Hammett, Que nadie se mueva es un homenaje y una variación de un clásico dentro de uno de los géneros literarios más duraderos y populares: la novela negra americana.