Que algunas naciones sean más prósperas que otras, ¿se debe a cuestiones culturales?, ¿a los efectos de la climatología?, ¿A su ubicación geográfica? No, en absoluto. Ninguna cuestión relativa a la prosperidad de un país está relacionada con estos factores, sino que proviene de otro mucho más tangible: la política económica que dictaminan sus dirigentes.
Son los líderes de cada país, afirman los reconocidos profesores Daron Acemoglu y James A. Robinson en este libro, quienes determinan con sus políticas la prosperidad de su territorio, y así ha ocurrido en todos los períodos de la historia, como demuestran en éste apasionante estudio.