Hoy como nunca el capitalismo controla todo el planeta y atraviesa nuestras subjetividades deshilachadas y deseantes. Y aunque los mares nos inundan, los robots nos reemplazan, el empleo asalariado disminuye y la exclusión se multiplica, el capitalismo se las ingenia una vez más para soñar y seguir vendiéndonos postales felices. Ahí están los emprendedores y freelancers en las oficinas de WeWork o de cualquier espacio de coworking, con su filosofía de espíritu comunitario y buena onda, como si el trabajo se fundiera con la diversión y la vida.
El pensamiento de izquierda, dueño y portavoz de las utopías del siglo XX, parece haber perdido la capacidad de soñar, arrinconado en posiciones defensivas o nostálgicas. Sin embargo, que no se vislumbre un gran proyecto alternativo no significa que no haya ideas y miradas empeñadas en imaginar una sociedad radicalmente distinta. Con erudición, Alejandro Galliano construye un panorama sorprendente de las corrientes y autores que definen lo más rico de la discusión actual. Así, expone seis ideas de sociedad futura y se pregunta cómo podrían funcionar en países periféricos como la Argentina.
Por un lado, están las "salidas hacia atrás": el decrecionismo, la economía social y, en el extremo, el animalismo reconocen que los recursos se agotaron, el daño ambiental es irreversible y hay que crecer menos para vivir mejor. ¿Pero cuán viable para el conjunto de la sociedad es el proyecto de volver a la naturaleza, a una vida centrada en procurarse comida y abrigo? ¿Cuánto hay allí de mistificación de la pobreza? Por el otro, están "las salidas hacia adelante": la propuesta de una renta básica universal, el aceleracionismo y el transhumanismo suponen que, si se emplean al máximo las tecnologías, alcanzaremos un mundo de abundancia y ocio civilizatorio. ¿Pero hasta qué punto estos modelos, ligados al grado de acumulación de sociedades prósperas, pueden aplicarse en países subdesarrollados?
Sin forzar una síntesis imposible, con perspectiva histórica y mirada crítica, Alejandro Galliano revisa la potencia política y los límites de estas ideas, sus zonas más convincentes y sus puntos ciegos, y nos invita a imaginar una estrategia ante el capitalismo a partir de lo que ya somos y no de lo que queremos volver a ser.