Gabriel insiste en pintar el retrato de la inocente Lady Elizabeth Harcourt, aunque sus planes tendrán poco que ver con la pintura...La solitaria lady Elizabeth Harcourt nunca se casó y anhela con desesperación algo que le dé sentido a su vida.
Lo encuentra cuando el azar la lleva al suntuoso estudio del pintor Gabriel Cristofore, que insiste en retratarla con el pretexto de hacerle justicia a su arrebatadora belleza. Elizabeth no tarda en darse cuenta de que lo que Gabriel planea tiene poco que ver con la pintura, pues su verdadera pasión es el arte de la seducción.
Desde que la vio por primera vez, Gabriel supo que la piel inmaculada y los labios de rubí de Elizabeth prometían un placer absoluto al hombre que lograra conquistarla. Inquieto, se Debate.. entre el inmediato deseo de seducirla y postergar e el tiempo necesario para conocerla en profundidad. Gabriel está a punto de descubrir que no es tan fácil abandonar ha sido capturado.