Ni alternativa norteamericana, ni alternativa bolivariana. Todos tienen que construir una alternativa interamericana como parte de una nueva aproximación de los Estados Unidos a Latinoamérica. Una alternativa que convoque la unidad hemisférica en torno a unas propuestas de carne y hueso, sentidas en el área, como el manejo del tema de los migrantes, el ejercicio del principio de corresponsabilidad en la lucha contra las drogas, la consolidación de la paz, la protección de los derechos humanos, la sustentabilidad del medio ambiente, el fortalecimiento de la sociedad civil y la aplicación de las reglas de juego multilaterales [...].
Se trataría de articular un verdadero Consenso desde Washington, distinto al Consenso de Washington que tenía más de Washington que de consenso. [ ... ] El desafío consiste en diseñar un sistema de relacionamiento interamericano, como parte de la Nueva Agenda del presidente Obama para América Latina, que permita, sin apelar a los métodos unilaterales y coercitivos del pasado, utilizar la persuasión y los escenarios multilaterales del presente para encontrar campos comunes, crear espacios de confianza y superar diferencias profundas.