Hace unos años conocí a Luana Hervier, una mujer cuya sonrisa es su tarjeta de presentación; y esto no es poca cosa por estos tiempos: ¡casi te diría que cotiza en bolsa! Eso sí: si estás buscando adquirir este tipo de "presentaciones" para tu vida, las cuales serán una consecuencia de tu sentir, no necesitarás comprar acciones, ya que aquí estás en el lugar indicado. ¿Por qué el lugar indicado? Porque, en este compartir, Luana te entrega todo lo que tiene: sus conocimientos, su experiencia, su simpleza, sus errores, sus aciertos, sus alegrías; en definitiva, su vida, con absoluta generosidad.
No encontrarás en este "libro-amigo" la tendencia hacia un "cópiame" o un "sígueme'', sino que hallarás un compañero que te ofrecerá herramientas para que tú hagas tu propia hoja de ruta. Y esto significa que tú deberás hacerte cargo, que tendrás que poner la voluntad a tu servicio, aceptando que te equivocarás, que acertarás, que te enojarás, que sonreirás, porque simplemente has decidido sanar.
Estas herramientas te ayudarán a limpiar tu cuerpo-templo, vitalizarlo, moverlo, reposarlo, bien-tratarlo, utilizarlo y ¡disfrutarlo! Pero no solo el cuerpo físico: tu mente y tus emociones seguirán similar camino porque son una misma cosa y, si sanas tu cuerpo físico, sanarás como un todo. La alimentación consciente es el primer paso; por eso verás que este recorrido comienza por ahí, porque no obtendremos los resultados esperados si seguimos colocando el "combustible" inadecuado.
El movimiento de tu cuerpo, sin brusquedad, sin competitividad, disfrutándolo, es parte de ese trabajo por realizar. Una mente a tu servicio, es decir, tranquila cuando quieras quietud, eficiente y resolutiva cuando precises de esas características, relajada y juguetona cuando decidas el ocio, es el fruto del trabajo meditativo que te invita a transitar Luana sobre el final de este "libro-amigo".