"He fantaseado una obra mágica, una lámina que también fuera un microcosmo; el poema de Dante es esa lámina de ámbito universal." Admirador profundo de Dante, lector atento y original de su obra, Borges debe el descubrimiento de la Divina Comedia a la conjunción de un tranvía y una librería inglesa de la Ciudad de Buenos Aires hacia fines de la década del 30.
De ahí en más el poema, causa de "las emociones estéticas más intensas" de su vida, se convertirá en referencia que cruzará buena parte de sus ficciones de madurez y en fuente inagotable para la escritura de ensayos y conferencias. Publicados en la prensa entre 1948 y 1951 y reunidos por primera vez en volumen en 1982, en estos Nueve ensayos dantescos Borges traza un recorrido a través de los episodios de la Divina Comedia que más lo impactaron al tiempo que ofrece una de sus lecturas más lúcidas, personales y reveladoras.