Alejandra Pizarnik fue una corresponsal atenta y prolífica que a través de sus cartas se mantenía comunicada con amigos, escritores, periodistas, investigadores, desde Buenos Aires, pero también desde Nueva York, adonde viajó por una beca, o París, la ciudad que amaba y en la que residió tres años.
Reveladora de su universo creativo, personal e íntimo, esta correspondencia muestra una personalidad facetada como pocas: lúdica y divertida con los amigos, agudamente reflexiva con los colegas, fiel a quienes admiraba. Apasionada de los cuadernos, los papeles y las tintas de color, escribía seria o humorísticamente, dibujaba, adjuntaba poemas o fragmentos de su diario.
En Nueva correspondencia Pizarnik, Ivonne Bordelois y Cristina Piña han logrado reunir más de cuarenta corresponsales, lo cual supera significativamente el número de la edición anterior de las cartas de Alejandra; a muchos nombres relevantes como Adolfo Bioy Casares, Silvina Ocampo, Ana María Barrenechea o Sylvia Molloy, se agregan ahora los de Manuel Mujica Lainez, Julio Cortázar, Arnaldo Calveyra y Raúl Gustavo Aguirre, entre otros.