Amos Oz capta en esta novela, con magistral hondura, todo aquello que deja huella en la vida: las ilusiones, los sueños, los anhelos, el amor, la amistad, el hastío y también el silencio.
Teo, un hombre pragmático e irónico, en la madurez de sus casi sesenta años y entregado a esa sabiduría de quien ya ha vivido, conoce en uno de sus viajes por Latinoamérica a Noa, una mujer vital, apasionada e igualmente inteligente, quince años más joven que él.
Ambos irán contando la misma historia pero desde dos puntos de vista diferentes.