Nuestro ordenador central, el cerebro, es un complicado laberinto capaz de dirigir todo lo que hacemos consciente o inconscientemente.
Este órgano en el que habitan miles de millones de células conectadas entre si, está protegido tan solo por un hueso y su aparente fragilidad contrasta con su gran complejidad.
Haciendo un resumen muy simple, el cerebro sería el encargado de procesar toda la información del exterior a través de los sentidos para garantizarnos la supervivencia.