Las cámaras de seguridad de un banco captan cómo un atracador dispara a bocajarro a la cajera tras un extraño intercambio de palabras. El detective Harry Hole se hará cargo de la investigación, con la ayuda de Beate Lonn, una de las investigadoras más desconcertantes del cuerpo de policía, capaz de identificar rasgos faciales mucho más rápido que cualquier programa informático, pero incapaz de moverse en sociedad.
Todas las pesquisas remiten a Raskol Baxhet, un legendario atracador. Sin embargo, es imposible que sea el culpable porque cumple condena en prisión. Y, mientras los atracos se suceden cada vez con más virulencia, Harry se mete en líos. Una mañana amanece en su piso con una resaca horrible que le hace revivir viejos temores.
La noche anterior había quedado con una antigua novia que aparece muerta. Él es el principal sospechoso, a menos que logre aclarar qué ha hecho durante esas últimas horas de las que no recuerda nada. ¿Hay alguien dispuesto a tenderle una trampa y culparle de la muerte de Anna?