Para resolver los retos de este siglo ya no es suficiente una mirada unilateral e incompleta. Necesitamos equipos multidisciplinares compuestos por personas muy preparadas, con valores concretos y flexibles. Los modelos lógicos y racionales no pueden responder a preguntas que llevan miles de años con el ser humano: ¿Qué es la mente? ¿Y la consciencia? ¿Y el alma? Ha llegado un momento de la historia en el que parece imprescindible que tomes mayor consciencia de todo cuanto ocurre (dentro y fuera), utilices tu ingenio para redescubrir tu potencial interior y asumas responsabilidad respecto a lo que depende de ti. Y aunque realmente no existe un mindfulness para ingenieros, en base a mi experiencia se puede desplegar todo el potencial de esta técnica usando un lenguaje y una estructura con los que este público en cuestión se sentirá más cómodo.
Como ingeniero, mi forma de ser y estar en el mundo muchas veces me ha ayudado a conseguir objetivos retadores, aunque otras se haya convertido en una cárcel y el peor de los jueces. De ahí el poner el foco en los ingenieros: ellos especialmente necesitan integrar todo esto, y este mundo requiere de más personas con mente ingenieril y corazón humanista.