La madre se dispone a dar de comer a su hijo mientras lo distrae con un juguete. Logra que se tome unas cucharadas y, de pronto, el niño pone en marcha su plan estratégico contra el exceso de comida: la primera línea de defensa consiste en cerrar la boca y girar la cabeza. Esta situación, más propia de un campo de batalla que de una actividad cotidiana, ilustra con humor la tesis central de este libro: la inapetencia es un problema de equilibrio entre lo que un niño come y lo que su madre espera que coma.
Jamás hay que obligarle. Ni sobornos, ni estimulantes del apetito ni castigos. El niño sabe muy bien lo que necesita. Huyendo de los tópicos sobre el tema, el pediatra Carlos González, fundador y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia, desdramatiza el problema y, proporcionándonos claras pautas de conducta, tranquiliza a aquellas madres que sufren porque creen que su hijo no come correctamente.