Los libros de los que se compone la Metafísica de Aristóteles sufrieron toda clase de vicisitudes: legados, enterrados después, vendidos, transcritos, llevados por fin a Roma y recopilados por el título por el cual se los conoce y que su autor denominó filosofía primera.
Se formulan en él temas tan trascendentes que han llegado hasta la actualidad y que se compendian en la tópica frase: ¿Quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos?, así como las relaciones con la Naturaleza y el concepto de Dios, primer motor inmóvil, pensamiento puro, sin mezcla de materia.
La Metafísica estudia pues el ser en cuanto a ser y sus atributos esenciales. La obra la dio a conocer en Occidente el hispano-musulmán cordobés Averroes y la cristianizó Santo Tomás.