La meditación aquella ciencia cuyo objetivo es la realización de Dios es la más práctica de todas las ciencias del mundo. Si se comprendiera el valor de la meditación y se experimenta sus beneficiosos resultados, la mayoría de las personas desearía meditar. El propósito esencial de la meditación es tomar conciencia de Dios y de la eterna identidad del alma con El.
Existe acaso algún logro más significativo y provechoso que el de unir nuestras limitadas facultades humanas a la omnipresencia y omnipotencia del creador? En el estado de realización divina, el devoto recibe múltiples bendiciones: la paz, el amor, el gozo, el poder y la sabiduría de Dios En la meditación se utiliza la concentración en su forma mas elevada.
La concentración consiste en liberar la atención de las distracciones, para enfocarla en cualquier pensamiento que deseemos. La meditación, en cambio, es aquel tipo especial de concentración en la cual la atención se ha liberado del estado de inquietud, enfocándose solamente en Dios Dios ha retribuido el amor de sus grandes devotos, revelándose en diversas formas cósmicas.
El también se manifiesta a través de la verdad, las cualidades divinas, el poder creativo y la belleza de la naturaleza, la vida de los grandes santos y avatares (encarnaciones divinas) y el alma de cada ser humano, es por ello que el resultado de la meditación, en cualquiera de estos conceptos, aporta una realización más profunda del absoluto omnipresente, de aquel que es el gozo siempre-existente, siempre-conciente, siempre-renovado. Al brindar la percepción directa de Dios, la meditación eleva la práctica de la religión por encima de las diferencias de dogma.