Mels y Trent no solo son vecinos desde muy pequeños, son compañeros de escuela, mejores amigos, confidentes.
Tanta es la confianza que existe entre ambos que toman la importante decisión de iniciar su vida sexual juntos, pero con ciertas reglas, como no sentir celos, no hablar de lo sucedido y la más importante: no enamorarse.
Mels, como gestora de dichas reglas, no siente ningún tipo de complicación, pero para Trent, que ha estado enamorado de ella desde que puede recordar, es absolutamente imposible cumplir con las «reglas». Es por esto que cuando Mels comienza a salir con un chico guapo y un año mayor, Trent le hace la vida imposible, además de obviamente romper con las absurdas condiciones impuestas por su amiga y decidir de una vez que debían ser «más que amigos».