Ramiro decide pasar unos días de descanso en su pueblo natal buscando unas tranquilas y necesarias vacaciones.
Mientras se pasea por las calles del pueblo asturiano que le vio nacer, recuerda sus años jóvenes y la gran amistad que le unía a Álvaro Romeral.
Pero todo está tan cambiado que sus recuerdos vagan por los distintos rincones buscando algo que ya no existe. Para colmo, un hallazgo casual le hace debatir sobre la honestidad de su madre fallecida hace diez años.