Marianela siempre ha sido considerado como un libro singular, especial dentro de la narrativa del autor, máximo representante español de la prosa realista, que sintió a lo largo de su vida una personal inclinación hacia Nela, su protagonista femenina, toda bondad, dulzura y fantasía. Se trata de una novela con tintes románticos, folletinesca, social, en la que priman los sentimientos; la excepción al resto de una obra que pretende inducir a sus lectores en todo momento al análisis y la reflexión. Está articulada en torno a la relación sentimental de sus protagonistas, la humilde Nela y el privilegiado Pablo.
Él, ciego, solo puede apreciar el interior bondadoso de ella, que en realidad es poco agraciada y escasamente diligente, pero está loca de amor por el hombre que le permite sentirse dichosa y útil. Un amor que surge de la necesidad mutua; la ilusión por un futuro común en el que no son capaces de focalizar los obstáculos sociales que les van a aparecer en el camino. El drama queda servido cuando Pablo recupera la visión y se enfrenta a la cruda realidad, rompiéndose el cálido idilio y el futuro de Marianela.