Hay placeres que sólo se pueden disfrutar por la noche...
Él acude a ella en el crepúsculo, entre el sueño y la vigilia, para cumplir sus deseos secretos. Lyssa Bates nunca ha experimentado tal éxtasis: un hombre cuyos profundos ojos azules penetran en su alma y le prometen intimidades tentadoras y placeres sorprendentes.
Pero este seductor inmortal es sólo un sueño, un fantasma de sus fantasías nocturnas... Hasta que aparece inexplicablemente en su puerta en carne y hueso.