Ayla abandona el Valle de los Caballos, donde había permanecido junto con su compañero Jondalar. Ahora, ambos emprenden un viaje que los llevará con los Mamutoi o Los Cazadores de Mamuts. Son personas que en principio le resultan extrañas y muy diferentes a Ayla. Sin embargo, poco a poco ella comienza a adaptarse a su nueva vida. Incluso llega a sentirse atraída por el magnético Ranec, el maestro grabador, con el que compartirá nuevas experiencias.