Estos poemas no tienen otro objetivo que este: sentir juntos y conectar para que nos sintamos menos solos.
En Los amores imparables cada beso es nuevo, de una raza diferente; cada polvo es el primero; cada lágrima, una nueva forma de mirar la lluvia; cada herida, para siempre. El amor imparable nace y se independiza de la razón. Es la elevación del verbo sentir a la categoría de arte supremo. Es un amor imposible de domesticar, que está varios palmos por encima del asombro, que no tiene medida.
Creo que ya sabes de qué amores hablo, de esos amores bárbaros que te hacen soñar y no te dejan dormir, de esos amores que te llevan a todas partes, pero jamás te llevan a ningún lugar.