— ¿Y si todo esto no fuera una novela fantástica, sino la realidad?
— Pues entonces ya es oficial que estamos locos.
— Quinn soltó una carcajada —. Pero ¿no es mejor estar locos juntos?
Quinn es cool, inteligente y muy popular. Matilda es hija de la odiosa familia vecina, le gustan las novelas de fantasía y, desde luego, no es su tipo. Pero una noche a Quinn lo persiguen unos seres terroríficos y ve cosas que no pueden ser de este mundo. ¿En quién podría confiar cuando las estatuas le hablan en versos ripiosos y las calaveras le sonríen con malicia? Verse transportado con Matilda a una aventura mágica llena de peligros es lo último que Quinn esperaba. Y menos aún, enamorarse perdidamente…