Los OKR (siglas del inglés Objectives and Key Results) se han consolidado como la metodología más efectiva y popular a la hora de gestionar los objetivos dentro de las organizaciones, siendo la simplicidad uno de sus principales atractivos. Además, constituyen una herramienta de gestión que crea transparencia, colaboración y movilización en toda la organización, cambiando la cultura y las formas de trabajo.
Los líderes son la clave para aumentar y transformar la agilidad en todas las áreas de una compañía. Esta transformación requiere nuevas formas de organizar y de liderar, pero en la base de todo siempre se plantean las mismas preguntas: ¿Cómo motivar a los empleados? ¿Cómo favorecer la colaboración entre personas y departamentos? ¿Cómo crear relaciones fructíferas con clientes y proveedores? Los OKR pueden ser de mucha utilidad para trabajar en este entorno.
En definitiva, esta metodología busca que las personas trabajen juntas focalizando sus esfuerzos para lograr resultados medibles que posibilitan el crecimiento de la organización. El objetivo último es que todos los implicados se muevan conjuntamente en la dirección correcta, evitando las desviaciones que, al fin y al cabo, provocan ineficiencias y pérdida de esfuerzos. Los principales motivos para el uso de los OKR son:
1. Dotan de un propósito: permiten asociar a todos los empleados de la empresa y agruparlos en torno a un mismo objetivo claramente definido.
2. Aumentan la productividad: todo el mundo va en la misma dirección, comparten el trabajo de manera inteligente y se ayudan unos a otros.
3. Crean una meta común: este método permite proporcionar un rumbo, una dirección a seguir ante cualquier circunstancia.