El Caribe, 1665. La isla de Jamaica, colonia lejana de la corona inglesa, muestra su resistencia al asedio del gran Imperio español. La capital, Port Royal, es una ciudad peligrosa plagada de posadas, borrachos, peleas y burdeles.
Cuando El Trinidad, un galeón español cargado de oro, fondea en una bahía cercana a la ciudad a la espera de ser reparado, el bucanero ingles Charles Hunter urde un plan extremadamente audaz.
Con el apoyo extraoficial del gobernador de la isla, su ataque al galeón es uno de los más atrevidos y sangrientos de la historia real de la piratearía