León XIII escribiría: «La Iglesia, por la boca de sus pontífices, declara doctrina revelada la doctrina de Teresa de Jesús.
Es pues el de Las moradas un libro sagrado, un monumento de la teología mística, una síntesis de la obra teresiana, que es toda ella admirable significación de la doctrina que andaba dispersa en las obras de los Santos Padres: un asombroso estudio de introspección y un nuevo Apocalipsis del Amor...».
Las moradas es no solo la síntesis y corona de nuestra mística insuperable, sino uno de los mayores libros que después de la Biblia y por divina inspiración, se han producido.