Alicia está aburrida, mientras su hermana lee un libro sin ilustraciones. ¿Cómo alguien puede leer algo tan poco entretenido? De repente, un conejo blanco, vestido con pantalón y chaqueta, que mira desesperado su reloj, anuncia preocupado que llegará tarde a alguna parte.
Alicia no se puede resistir y sigue al conejo hasta su madriguera, una especie de túnel que conduce a la niña a un universo asombroso, pleno de juegos lógicos y graciosos enredos del lenguaje. En ese mundo, Alicia vivirá experiencias increíbles.
La primera edición de Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas apareció en Londres en 1865 y revolucionó completamente la literatura destinada a los niños de la época, ya que la capacidad satírica de la obra deslumbró y, a la vez, incomodó a la acartonada sociedad inglesa del momento.