Martínez de Hoz, Cavallo, Sourrouille, Videla, Alfonsín, Menem, De la Rúa, Lavagna, los Kirchner y cuántos más... ¿Qué une a todos esos nombres? La sensación muy concreta de que todos ellos creyeron en algún momento que realmente dominaban Argentina.
Los une la creencia de que tenían la vaca atada. La economía en algún momento les sonrió a cada uno de ellos y luego les dio la espalda, a tal punto que muchos tuvieron un final desastroso. El lector se sorprendería si supiera que esos personajes no fueron en realidad ni tan responsables de sus éxitos económicos iniciales, ni tan culpables de sus derrotas económicas finales. Y es que en vez de manejar los factores económicos, todos estos protagonistas han sido manejados por una verdad oculta que los argentinos desconocen.