Emanuela y Aitor han vuelto a separarse. Ella espera su primer hijo refugiada en Orembae, la hacienda de su gran amigo Lope de Amaral y Medeiros. Aitor parte en busca de una mina de estaño para cumplir con su sueño de volverse rico y así poder ofrecer a Emanuela una vida desahogada y placentera.
Mientras tanto, el Santo Oficio de la Inquisición, representado por el temido fray Claudio de Ifrán y Bojons, acecha a Emanuela a causa de su fama de "niña santa".
Pero el monje dominico no es el único que amenaza la felicidad de la pareja. Las correrías de Almanegra no se olvidan y antiguos enemigos regresan para cobrar venganza