Cuando aprendemos cuál es la señal que cada emoción nos transmite y nos encaminamos a resolver el problema que nos muestra, el sufrimiento autocreado cesa. Con esta premisa y con un lenguaje claro y sencillo, Norberto Levy completa el trabajo que comenzó en La sabiduría de las emociones. Y lo hace mediante la exploración de las emociones tradicionalmente consideradas "negativas", como los celos, el resentimiento y la voracidad, entre otras.
Ambos libros constituyen una invitación para convertirnos en viajeros amorosos de nuestro mundo interior, comprendiendo las necesidades de cada emoción que transitamos y educándonos para transformar padecimiento en aprendizaje, autorrechazo en autoasistencia, tormento cotidiano en inteligente arte de vivir.