Andrés es un historiador argentino que vuelve a Buenos Aires en 2028 después de pasar diez años detenido injustamente en La Habana. En ese momento, no solo se entera de que sus padres fallecieron -su madre, de covid-, sino también de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires está en manos de un partido radicalmente progresista que, entre otras limitaciones a las libertades civiles, prohibió la ópera, vista como un género patriarcal, y clausuró el Teatro Colón, al que utilizan sólo los 28 de diciembre para una triste ceremonia.
El Obelisco fue demolido por ser considerado un monumento machista y los nombres de las calles fueron cambiados por apellidos de destacadas personalidades de izquierda o nombres indígenas. Toda la población es vigilada al extremo, hay micrófonos y cámaras incluso en los baños particulares, y se conoce el itinerario de cada habitante de la ciudad. Además, están prohibidas las manifestaciones de amor en la vía pública y no se permiten los nacimientos. En este nuevo contexto, Andrés y su reciente esposa se verán envueltos en una serie de enredos de los cuales intentarán salir con una épica revolución pacifista: la rebelión de la ópera.