En casi todos los aspectos de la vida, Mark es un chico normal como tantos otros. Tiene un perro llamado Beau y una amiga que se llama Jessie. Le gusta hacer fotos y escribir haikus. Sueña con escalar una montaña algún día.
Pero en una faceta muy importante, Mark es diferente a los chicos de su edad: está enfermo. El tipo de dolencia que implica hospitales y tratamientos. Una enfermedad de la que podría no curarse. De modo que Mark decide escapar. Abandona su casa llevando una cámara, un cuaderno, y a su perro. Pase lo que pase, tiene un objetivo: alcanzar la cima del monte Rainer. Aunque sea lo último que haga en su vida.