Encontrará el lector en esta obra un compendio magnífico de símbolos; dispuestos de modo tal que el alma peregrina pueda asirlos y colocarlos en orden; pues de eso se trata la masonería: Un sistema basado en una experiencia iniciática; en un Rito de Pasaje que sólo se descifra mediante alegorías contenidas en un lenguaje simbólico. Pero lejos de aislar a la Orden Masónica en un contexto de Secreto de Logia cerrada nuestro autor proyecta su simbología en un lugar cercano a la experiencia vital; allí donde los arquetipos y las personas de carne y hueso se encuentran para dar vida al aspecto más rico del género humano.
Es por ello que no ha podido escapar a la influencia de C. G. Jung; de J. Campbell; de M. Eliade y tantos otros buscadores de las profundidades del alma. Pero tampoco a la de los grandes genios del Renacimiento ni la de los formidables magos del siglo XIX. Su experiencia; recogida en el seno mismo de la instrucción masónica; está volcada en estas páginas.