El acelerado desembarco de China en América del Sur tiene la marca de la voracidad de un país que debe abastecer diariamente a más de 1.300 millones de habitantes y que encuentra en el suelo y el subsuelo de
nuestro subcontinente una fuente casi inagotable de soja, hierro, cobre, petróleo, bauxita y casi todas las materias primas que necesita para alimentar su imparable desarrollo.
¿Es este un nuevo esquema colonial semejante al español, al inglés o al norteamericano? ¿O es el nacimiento de un nuevo vínculo asociativo que tendrá hasta un Papa argentino para bendecirlo y darle un sentido de
misión que supere los viejos ideales comunistas y la dureza descarnada del capitalismo?
Este libro expone el grado de avance de China sobre cada uno de los países de América del Sur y explica los acontecimientos que tuvieron lugar durante los últimos cuarenta años en la relación entre dos mundos
distantes, cuyas clases dirigentes actuales, arriesga el autor, tienen más de un punto en común.