La relación entre los estados de ánimo y el malestar intestinal es evidente. Por ejemplo, ante situaciones de estrés, varapalos o emociones fuertes podemos sentir hinchazón abdominal, mariposas o un nudo en el estómago.
Esta relación se da por sentada, pero ¿y en sentido contrario? Hoy, diversos estudios científicos documentan que sí, que las bacterias de nuestras tripas controlan nuestro cerebro. El equilibrio bacteriano modula en gran parte el comportamiento, los estados de ánimo y las capacidades cognitivas. Nunca antes se había visto con tanta claridad el aforismo "somos lo que comemos".
El miedo, la ira, el amor, la felicidad, la serenidad. En definitiva, lo que somos, lo que vivimos, son asunto de las vísceras, y quizás, en ellas habite y se exprese nuestro esquivo subconsciente.