En el centro de enseñanza secundaria de Clerval, cerca de Tours, acaba de suicidarse, tirándose por la ventana del aula, Éric Capadis, un joven profesor de geografía e historia.
Su sustituto, Pierre Hoffman, descubre en sus nuevos alumnos conductas extrañas. Los adolescentes son anormalmente disciplinados y de una hostilidad imprecisa. Bromas de niños inmaduros, piensa Hoffman al principio, sin embargo, lúcido y paralizado, Hoffman va cayendo progresivamente en la cuenta del ascendiente de esos niños dentro de la descomposición escolar y de sus artes de manipuladores. Presencia, impotente, cómo sigue adelante el plan que han concebido. Como un desenlace lógico de su destino autista. Como una escenificación impecable de su adiós al mundo.