Gwija tiene 92 años y vive en Corea del Sur. Tras decadas de espera, desea reencontrarse con su hijo mayor. Lo perdió de vista en una columna de refugiados, huyendo del norte, mientras amamantaba al bebe que llevaba en brazos. En un encuentro auspiciado por la Cruz Roja, su amiga Jeong-Sun acaba de reunirse con su hermana pequeña despues de sesenta y ocho años separadas. Gwija solo desea poder seguir sus pasos en una nueva edición.
En 1950, la guerra de Corea separó a familias enteras, que quedaron a uno y otro lado de una fronterainfranqueable. A partir de las entrevistas que Keum Suk Gendry-Kim realizó a varios testimonios (entre ellos, su propia madre), La espera reconstruye el trauma de toda una generación de coreanos, ya casi olvidados, que siguen aguardando un reencuentro.