La Chunga regenta un figón de mala muerte al que acuden a beber y a jugar a los dados los inconquistables. Cierta noche, uno de ellos aparece con Meche, cuya belleza cautiva a La Chunga. Juntas pasarán esa noche, y desde aquel momento nadie volverá a saber nada de Meche. Aclarar ese misterio es el arranque de esta pieza maestra de Varas Llosa.
El loco de los balcones escenifica la lucha de un anciano idealista por salvar de la destrucción los balcones de Lima, que se ven amenazados por el implacable avance del progreso y la demolición. En esa batalla desigual ha implicado a su hija, sin darse cuenta de que las ilusiones de una vida pueden también destruir los propósitos de otra.
En Ojos bonitos, cuadros feos el prestigioso crítico de arte Eduardo Zanelli se las promete muy felices porque ha conseguido que le acompañe a su casa, tras conocerse en un vernissage, un joven apuesto y atractivo. Las cosas, sin embargo, como suele suceder en la obra de Varas Llosa, esconden más de lo que se ve a simple vista.
¿Dónde termina la realidad y empieza la ficción? ¿Cómo se distingue la vida de los sueños? ¿Por qué los necesitamos para sentirnos vivos? Esas preguntas son el punto de partida de estas extraordinarias piezas para teatro que se leen con el mismo placer que las obras narrativas de Mario Varas Llosa.