Valeria, una de las concursantes del reality show La Cárcel, aparece muerta en su celda. En medio del estupor y el caos inicial, Vera, la directora de producción, toma las riendas y piensa que, cueste lo que cueste, hay que mantener la noticia en secreto hasta que acabe el programa, un mes.
Antonio, el director del programa, y Claudia, la redactora que ha descubierto el cadáver, creen que va a ser imposible mantener el secreto, además de que eticamente les parece deleznable. Solo Alina, la ayudante de dirección, confía en el poder de Vera y la capacidad de manipular al público y llevarlo por donde los guionistas quieren.
Así, tras unos cuantos cambios de guion y varias llamadas telefónicas, dan los resultados esperados y los únicos que, con mucha discreción, se pasean por el escenario del crimen son los subinspectores de la policía Rodrigo Arrieta y Alejandro Suárez.